Neumáticos de F1: ¿Por qué nitrógeno y no aire?

En el mundo de la Fórmula 1, cada detalle cuenta para cruzar la línea de meta en primer lugar. Entre esos detalles se encuentra el uso de nitrógeno para inflar los neumáticos de los autos de carrera, una práctica extendida que ofrece múltiples ventajas sobre el aire común.

Los especialistas en ingeniería de la F1 han descubierto que el nitrógeno es menos propenso a cambios de presión relacionados con la temperatura. Esto es crucial para mantener la estabilidad y el rendimiento del neumático durante las carreras, donde las temperaturas pueden variar dramáticamente.

Además, el nitrógeno tiene una menor tasa de difusión a través del caucho de los neumáticos en comparación con el oxígeno, lo que significa que la presión de los neumáticos se mantiene más constante a lo largo del tiempo, permitiendo a los pilotos confiar en un manejo consistente del vehículo.

Otra ventaja es la reducción de la humedad dentro del neumático. Como el nitrógeno utilizado para este propósito es seco, se minimiza el riesgo de corrosión de las llantas, lo cual podría afectar negativamente la integridad estructural y, consecuentemente, la seguridad.

Los equipos de F1 no escatiman esfuerzos en implementar todas las innovaciones tecnológicas a su alcance, en un deporte donde la ciencia y la precisión son factores determinantes en la búsqueda del podio.

El uso de nitrógeno en los neumáticos es un ejemplo más de cómo la alta competición impulsa avances que eventualmente pueden trasladarse a los automóviles de uso cotidiano, mejorando así la experiencia y seguridad de todos los conductores.